La tristeza es una emoción básica que aparece como respuesta natural a situaciones en las que experimentamos alguna forma de pérdida. El problema viene cuando se ven afectadas las diferentes áreas de nuestra vida, cuando es algo permanente en el tiempo y de gravedad considerable. Es ahí cuando la tristeza se vuelve patológica, derivando en depresión, pasando de ser una emoción a una enfermedad o trastorno mental. Para el diagnóstico de la depresión, de forma necesaria deben ser predominantes uno de los dos primeros ítems de la siguiente lista de síntomas (estado de ánimo deprimido o disminución importante del interés o el placer). En definitiva, hay una diferencia enorme entre estar triste o deprimido.
Síntomas
- Estado de ánimo deprimido (triste, vacío, sin esperanza, lloroso, etc.). En otras ocasiones encontramos irritabilidad en lugar de tristeza, o inquietud y sensación de vacío con incapacidad para el llanto.
- Disminución importante del interés o el placer por todas o casi todas las actividades que antes le gustaban.
- Pérdida importante de peso sin hacer dieta o aumento de peso. Disminución o aumento del apetito.
- Falta o exceso de sueño.
- Inquietud o enlentecimiento.
- Fatiga o pérdida de energía.
- Sentimiento de inutilidad o culpabilidad excesiva o inapropiada, no simplemente el autorreproche o culpa por estar enfermo.
- Disminución de la capacidad para pensar, concentrarse, tomar decisiones, etc.
- Pensamientos de muerte recurrentes, ideas suicidas sin planificación, intento de suicidio o plan específico para llevarlo a cabo.
Tipos de trastornos depresivos
- Trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo. El rasgo central es una irritabilidad crónica, grave y persistente. Se diagnostica en niños.
- Trastorno de depresión mayor. Cuyos síntomas con los descritos en este artículo.
- Trastorno depresivo persistente (distimia). Estado de ánimo deprimido durante un mínimo de dos años, sin estar asintomático más de dos meses seguidos.
- Trastorno disfórico premenstrual. Síntomas de depresión en la última semana antes del inicio de la menstruación, desapareciendo una semana después de esta.
- Trastorno depresivo por sustancias, medicamentos o debido a otra afección médica.
Causas
La depresión está a la orden del día, siendo muy probable que a lo largo de nuestra vida alguien que nos rodea, o incluso nosotros mismos, padezcamos esta enfermedad. Puede darse en cualquier persona. No obstante, hay algunos factores que promueven que esto ocurra:
Estar triste o deprimido es totalmente diferente.
- Acontecimientos vitales estresantes.
- Acontecimientos adversos en la infancia.
- Genética: heredabilidad aproximada de un 40%. Los familiares de primer grado de los pacientes con trastorno depresivo mayor tienen un riesgo de 2 a 4 veces mayor que el de la población general.
- Padecer otras enfermedades: cáncer, dolor crónico, enfermedades degenerativas, obesidad, trastornos mentales, etc.
- Consumo de sustancias.
- Ambiente depresógeno: trabajo, hogar, etc.
- Cambios hormonales.
- Rasgos de personalidad como la inestabilidad emocional.
Recursos para la prevención de la depresión
- Inteligencia emocional.
- Ejercicio físico.
- Comer saludablemente.
- Hábitos de sueño adecuados.
- Vida social activa.
- Actividades agradables.
- Mindfulness. Vivir el presente requerirá aceptación y perdón, así como consciencia y foco de atención en sí mismo y no comparación con los demás o necesidad de pensar en lo que piensan de nosotros.
- Metas u objetivos realistas. De esta forma evitaremos frustrarnos y bajar nuestra autoestima.
- Apertura al cambio, flexibilidad.
- Cuida tu nivel de estrés: organización, gestión del tiempo, pausas relajantes, pedir ayuda cuando se necesita, etc. Aquí tienes un artículo sobre «Cómo Afrontar el Estrés» para profundizar más.
- Evita el alcohol y otras sustancias.
¿Cuándo pedir ayuda profesional?
Es probable que el afectado no se dé cuenta de la gravedad de su situación, o que la misma sintomatología le impida pedir ayuda, por lo que las personas cercanas deben estar pendientes de ello, como después veremos. Algunos indicios de que la enfermedad está avanzando y de que se requerirá ayuda profesional pueden ser:
- Cuando esa tristeza, desesperación o abatimiento perdura hasta el punto de cambiar nuestra vida cotidiana.
- Continuos pensamientos negativos.
- Falta de higiene personal.
- Aislamiento social.
- Falta de apetito.
¿En qué consiste el tratamiento de la depresión?
Cuando los síntomas son graves e incapacitan a la persona para su trabajo con el psicólogo es de gran ayuda el tratamiento farmacológico.
Sin embargo, la evidencia científica nos ha demostrado que el tratamiento combinado (tratamiento farmacológico y tratamiento psicológico) funciona estupendamente para depresiones graves, y muchos estudios, como el citado en este artículo, indican que <<ambos tratamientos muestran resultados similares a corto plazo, (pero) los tratamientos psicológicos presentan mejores resultados a largo plazo, con una menor tasa de abandonos y recaídas>>.
Normalmente, en los tratamientos psicológicos se escogerán aquellas estrategias que sean más adecuadas para el paciente concreto y su sintomatología, pero en líneas generales el tratamiento constará de:
- Psicoeducación, en la que el profesional explicará en qué consiste esta enfermedad y aclarará todas las dudas acerca de esta.
- Retomar aquellas actividades que antes le resultaban agradables mediante un programa planificado, con el objetivo de conseguir una mejora del estado de ánimo.
- Reducción de los niveles de ansiedad mediante relajación y respiración profunda.
- Detección y modificación de los pensamientos negativos.
- ¿Cómo puedo ayudar a un amigo o familiar con depresión?
A pesar de su alta prevalencia en la sociedad actual, no siempre sabemos cómo apoyar o ayudar a alguien que tiene depresión, cayendo en tópicos que acaban exasperando al propio enfermo.
Recomendaciones
- Debemos entender que la depresión es una enfermedad y aprender a conocer sus síntomas. En ocasiones nos encontramos con personas que creen que la depresión es propia de holgazanes, una señal de debilidad o fuerza de voluntad, etc. Nada más lejos de la realidad, la depresión es una enfermedad como lo son la diabetes, el cáncer, etc.
- Ayudaremos a nuestro amigo/familiar a consultar y seguir un tratamiento adecuado. A veces, el mismo estado depresivo hace que la persona no se dé cuenta de lo que le pasa o no vea necesario solicitar ayuda, por lo que tu papel es fundamental. Puedes ayudarle a pedir una cita o incluso acompañarlo.
¿Cómo ayudar a alguien con depresión?
- El apoyo debe ofrecerse manteniendo una cierta distancia, sin agobiar a la persona, dándole afecto y teniendo comprensión y paciencia. No debemos ser demasiado “maternales o invasores”, pues esto reforzaría su sentimiento de inutilidad.
- Podemos motivarle a hacer cosas que antes le resultaban agradables, sin forzar o exigir, siempre con paciencia y cariño.
- Para animarle a hablar mantén una actitud abierta, sin desacreditar sus sentimientos, señalando realidades y ofreciendo esperanza.
- Mostrar sensibilidad ante sus esfuerzos.
- Un cambio radical de vida, vacaciones, trabajo, etc. solo retrasará el tratamiento.
- Si hay niños o adolescentes que viven con la persona que sufre depresión deberemos explicarles lo que está sucediendo.
- Cuando se encuentre mejor, deberemos dejar que retome sus actividades a su ritmo.
Ayudar a expresar las ideas de suicidio
Los signos de suicidio no siempre son fáciles de detectar. Deberemos estar alerta:
- Expresiones como: “quiero acabar o salir de esto”, “deseo reunirme con seres queridos ya fallecidos”, etc.
- Se ha desprendido de objetos de gran valor emocional.
- Llama o queda con personas para dar las gracias o despedirse.
- Quizás arregla sus asuntos personales o toma disposiciones testamentarias.
- Cuando tiene lugar un alivio repentino de los síntomas (decisión de poner fin a su sufrimiento).
Si piensas que tu familiar o amigo tiene riesgo de suicidio contacta con su médico y éste te dirá cómo proceder. Mantente cerca y retira los objetos y fármacos potencialmente peligrosos.
- El autocuidado es muy importante. Es esencial evitar el desgaste y el desaliento.
- No existen culpables, nadie debe sentirse la causa de la depresión ni debe culparse a la persona deprimida. Recuerda que se trata de una enfermedad cuyo origen puede ser una mezcla de múltiples factores (biológicos, psicológicos y ambientales).
- No estás solo. Hay expertos que están ahí para ayudarte, puedes confiar en ellos.
- Encerrarse en una burbuja con la persona deprimida no es una solución ni para él ni para ti. No aparques tus proyectos ni renuncies a tu estilo de vida, sólo adáptalo a la situación.
- Si te sientes desbordado no dudes en acudir a un profesional (médico, psicólogo, etc.) o asociación.
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Sonia Otálora Ballester
Psicóloga en Centro de Psicología RNL