En estos tiempos que corren han salido a la luz muchos problemas de pareja, y con ello la propuesta de la terapia de pareja. El COVID y el confinamiento han marcado muchos límites y han traído sentimientos que no se pueden devolver.
Algunas parejas han conseguido sacar lo mejor de sí mismas, convirtiéndose en apoyo el uno del otro. Sin embargo, en otros casos han brotado muchas emociones negativas, frustración y enfado con el otro, sensación de soledad o de no acompañamiento, … Los problemas de pareja y la terapia van de la mano, pero hay que saber cuándo y por qué pedir ayuda.
Y esto, aunque pueda no lo parezca, es algo podría haber sucedido en cualquier otro momento, como por ejemplo cuando se van los niños (y no tan niños) de casa, en un periodo vacacional,… No debemos achacar todos los problemas de pareja a todo a esta etapa que hemos pasado, que aunque por supuesto ha sido un agravante, está claro que previamente había problemas de pareja que estaban por resolver.
Con buena disposición, y cogiéndolos con tiempo, los problemas de pareja pueden tratarse estupendamente en una terapia de pareja, pero hay que tener en cuenta ciertas consideraciones previamente.
Lo primero es, ¿qué es la terapia de pareja?
Aunque podéis encontrar más información en esta página, a grandes rasgos podemos definir la terapia de pareja del siguiente modo:
Es el proceso terapéutico en el que participan ambos miembros de una pareja, con la finalidad de observar, analizar, solventar o paliar algún problema que esté sacudiendo la pareja. Pueden ser parejas con problemas sexuales, de comunicación, económicos, de crianza, tiempo libre,… o bien parejas en proceso de separación que no saben cómo actuar para que el proceso sea lo menos dañino posible.
¿Cuandó acudir a terapia de pareja?
Cuando se detectan problemas de pareja que llevan haciendo mella en la relación desde hace un periodo de más de 6 meses. Por supuesto, hay que entender esta cifra como algo aproximado. No es lo mismo problemas de comunicación (mínimo 6 meses) – visita este post «7 claves para mejorar la comunicación en pareja» -, que una agresión verbal o física (ayuda inmediata), problemas sexuales (mínimo 3 meses),…
Igualmente, si tienes dudas al respecto lo mejor es que contactes con un profesional y que te oriente de forma personalizada.
Si tengo claro que no quiero continuar con mi pareja, ¿debo acudir a terapia de pareja?
Desde luego que sí. No va a ser una pérdida de tiempo, porque donde tú lo tienes claro, quizás tu pareja no y le esté costando aceptarlo. Acudir a terapia de pareja puede que le haga entender mejor lo que está sucediendo. También puede ser que queráis dejarlo los dos, pero no sepáis despediros de vuestra familia política, hacerlo público, tomar los tiempos «correctos» con los hijos, el formato de comunicación,…
Si para mí es un problema, pero para mi pareja no, ¿debo hacer terapia de pareja?
Es difícil solucionar problemas de pareja si ambos miembros no quieren. La predisposición de mejorar lo es casi todo en un proceso como éste. Sin embargo, si tú ves que hay un problema y tu pareja no, acude solo a terapia o consulta con un profesional. Comenta tu caso, porque es posible que tu pareja esté en negación, o que hay algo que a ti te provoca un sufrimiento que a tu pareja no. Tus emociones son tan legítimas como las suyas, así que no tengas miedo de pedir ayuda.
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