El estrés puede provenir de cualquier situación o pensamiento que le hagan sentir frustrado, furioso o ansioso. En dosis bajas o moderadas, el estrés puede ayudarnos a tratar con las actividades de la vida cotidiana, activarnos, e incluso en un nivel alto, ayudarnos como método de supervivencia para reaccionar ante situaciones peligrosas.
Sin embargo, el estrés es un arma de doble filo. Si pasamos a un estrés cotidiano, constante, ya sea en dosis moderadas o altas, puede causarnos grandes estragos en nuestra salud física y mental.
Consecuencias Físicas
- Cansancio, agotamiento o pérdida de energía
- Dolores y contracturas en la espalda
- Estreñimiento o diarrea
- Dolores de cabeza frecuentes y migrañas
- Hipertensión
- Insomnio
- Sofocos recurrentes
- Caída del cabello
- Malestares estomacales
- Subir o bajar de peso
- Presión de dientes o mandíbula
- Problemas respiratorios como asma o alergias
- Infartos y otros problemas coronarios
Consecuencias Psicológicas
- Ansiedad
- Depresión
- Cambios de humor repentinos
- Disminución del autoestima
- Dificultad en la toma de decisiones
- Cambios en el estilo de vida
- Problemas en sus relaciones con los demás, tanto en el trabajo como en la familia
- Aumento del consumo de alcohol, drogas y tabaco